jueves, 19 de enero de 2017

EL RIESGO EN LA RESPONSABILIDAD MÉDICA.

Por: Jorge Arturo Abello Gual.

En un artículo muy bueno, titulado: “Somos médicos, no asesinos ni dioses”[1], un médico nos recuerda a toda la humanidad la esencia de esa profesión, y a su vez menciona que:

“Siempre consideré a la medicina, no como una profesión, sino como un apostolado. Muchos de los apóstoles fueron encarcelados, y muertos. La historia se repite. Insisto, ¡somos médicos, no asesinos, pero tampoco dioses!”[2]

El médico hace un relato de tres casos en los que realizó operaciones de alto riesgo[3], pero que fueron exitosas para sus pacientes, y se pregunta, qué habría sido de las familias de aquellos pacientes si él como médico hubiese tenido miedo de operarlos.

Este médico expresa su temor a ser maltratado por el sistema judicial de su país, y es el miedo al que se enfrentan todos los médicos al ejercer su profesión. En este artículo trato de aclarar en qué consiste la responsabilidad de un médico y desligarla del ejercicio legítimo de una profesión.

Para el derecho, la medicina no es una actividad ilícita, ni los médicos son considerados como delincuentes, es una actividad que exige mucha disciplina, sacrificio y conocimientos, pero como todas las profesiones, debe ser regulada y controlada para evitar que se cometan abusos y se le causen daños a las personas.

Los abogados que nos dedicamos a la responsabilidad médica, somos conocedores de que la medicina no es una ciencia exacta en muchos temas, las variables del cuerpo humano, así como zona geográfica, la contaminación, la cultura, la fauna,  la flora y otro tipo de factores, influyen en la salud de todas las personas, y dificultan muchas veces el ejercicio de la medicina.

La Ley no se hizo para castigar a los médicos por resultados adversos que están por fuera del alcance de la ciencia. A los médicos solo se les exige lo que humanamente le sea posible de acuerdo con las circunstancias y las posibilidades científicas. En resumen, al médico no se le pide que siempre cure al paciente, sino que ponga todo su empeño y su conocimiento para tratarlo, así a veces no sea posible curarlo.

Pero hay que aclarar en todo caso, que este criterio de evaluar el esfuerzo del médico en un juicio de responsabilidad no lo hace el juez, ni los abogados, ni los pacientes, sino otro perito médico quién emitirá un dictamen como par evaluador, por tanto, en el derecho solo deberán ser condenados aquellos médicos a los que les demuestren que han actuado con impericia, negligencia o imprudencia. Incluso, me atrevería a decir que un proceso judicial, solo condena a aquellos casos donde se demuestre negligencia grosera y que causan daños a los pacientes.

Es también un error considerar que a los médicos se les trata como delincuentes en la justicia, porque lleva a la percepción de que se los asimila a los sicarios, ladrones o estafadores, por el solo hecho de ejercer su profesión, y ello no es así. Un caso de responsabilidad médica, no se aborda como si el médico hubiera querido hacerle daño al paciente, se aborda como un caso de un accidente de tránsito, porque es muy similar en muchos aspectos a saber:
       
     a)   Tanto el conductor como el médico saben de su oficio, pues el conductor se supone que sabe manejar, y el médico que sabe de su profesión.
       b)      Ni el conductor en un accidente, ni el médico en un procedimiento tienen la intención de dañar a la víctima, y por ello, no se les juzga por un delito doloso, sino por un delito culposo.
      c)     Causan un daño en la víctima en razón de una negligencia, imprudencia o impericia, con la que surge la obligación de resarcir los perjuicios. En ambos casos, las personas causan un daño por un descuido, o por un acto deliberadamente arriesgado que no hubiese hecho otro conductor u otro médico, pero sobre todo, vulnerando ya sea las leyes de tránsito, o en el caso de los médicos, los lineamientos más básicos de la lex artis, o ley de la ciencia.

Los riesgos son inherentes al ejercicio de la profesión médica, así como conducir, los médicos no son responsables cuando realizan todo lo que estaba en sus manos para poder salvar una vida, y por ello a ningún médico se le juzga por la muerte de un paciente que no podía salvar ni “Mandraque”.

De esta forma, ¿Pueden los médicos tomar riesgos? Si, en la línea de lo responsable, es decir, cuando ponen todos sus conocimientos y medios para curar un paciente. Pero ello no significa que puedan tomar riesgos que devela un desconocimiento franco de los cuidados debidos que indica la ley de la ciencia, pues en estos actos se vislumbra una negligencia, impericia o negligencia grosera, que son los hechos que realmente prohíbe el derecho, así como las normas de tránsito buscan evitar accidentes.

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Mas información:







[1] VISCAINO RONQUILLO, Augusto. Somos médicos, no asesinos ni dioses. El periódico el Universo. 25 de Enero de 2014 En la siguiente página web: http://www.eluniverso.com/opinion/2014/01/25/nota/2079571/somos-medicos-no-asesinos-ni-dioses, consultada el 18 de Enero de 2017.
[2] Ob. Cit.
[3] “En un hospital, una mañana me avisaron de una emergencia. En una guerra de pandillas a una chica, por un cartuchazo o disparo con cartuchos, le habían volado casi la mitad de los músculos del muslo izquierdo y la arteria y vena femorales; tenía una gran hemorragia. Una persona me dijo que la dejara morir ya que no tenía sangre en las arterias y por eso un hematíe pasaba por su corazón, de vez en cuando. ¡Pero no me pareció bien dejar perder una vida tan joven sin peleársela a la muerte. Y la operé. Y se salvó. ¡Y ahora ya es abuela! Pudo parecer una operación innecesaria, pues la paciente ya estaba agonizando.
Otra vez, un médico norteamericano que vino con todo su equipo e instrumental al país dijo que no se podía operar aneurisma de aorta en un hospital ecuatoriano porque no tenía la infraestructura necesaria. A las dos semanas de eso atendí a un señor con un aneurisma de aorta que no le permitía realizar ningún tipo de actividad, y era él quien cuidaba a su única hija. Lo operé y quedó tan bien que siguió haciendo su vida en el campo, incluso montando a caballo, hasta que falleció a los ocho años por un infarto cardiaco. Operación peligrosa, ¿porque un “gringo” dijo que no se la podía hacer?
Una noche llegó un patrullero policial a mi casa y tres policías entraron como tromba. Uno salió con mi maletín y dos me hicieron entrar rápido al patrullero. ¿Qué pensarían mis vecinos? En una batida contra delincuentes un policía recibió un balazo en la arteria iliaca externa izquierda (como de lo que murió el presentador nacional de televisión Marco Vinicio Bedoya). Todos los policías que habían llegado me pidieron que no lo dejara morir. Lo operé y sobrevivió, y al poco tiempo volvió a su actividad policiaca. Operación peligrosa ¿y tal vez innecesaria porque casi todos con esa herida se mueren?” Ob. Cit. 

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