jueves, 25 de agosto de 2016

LA PAZ DE SANTOS Y LA PAZ DE COLOMBIA SON DOS COSAS MUY DIFERENTES.

La paz del Presidente Santos y la paz de Colombia son dos cosas muy distintas, y debemos tener claridad sobre ello.

Para Santos la paz es un acuerdo con las FARC, pero para Colombia aún no se puede hablar de paz. Los discursos triunfalistas del Presidente Santos, del Comisionado para la Paz y del representante de las FARC, son como cuando la selección Colombia le ganó a Uruguay en el Mundial pasado de Brasil, fue un triunfo histórico, muy importante, pero no se alcanzó el campeonato.

Ayer 24 de Agosto de 2016 fue un día muy importante para los colombianos, y para todos los que han trabajado tan duro para lograr los acuerdos de la Habana, para el fin del conflicto armado con las guerrillas de las FARC, pero que debemos tener muy claro que no es el fin del conflicto si aún falta otra guerrilla por llegar a un acuerdo como ocurre con el ELN.

Hablar de paz y de fin del conflicto es un engaño, porque si aún existe una guerrilla que es operacional, no se puede hablar del fin del conflicto.

Si, en definitiva se ha llegado a un acuerdo con el grupo guerrillero más beligerante y más grande del país, y solo sobre algunos puntos:

a) Dejación de las armas y fin de las agresiones.
b) Transformación de un grupo guerrillero a un grupo político.
c) La conformación y operación de una justicia restaurativa que garantice los derechos de las víctimas.
d) Una reforma agraria que contiene una distribución de tierras.
e) Reforma política que garantice la participación de las FARC y de otros grupos minoritarios.

Desde el punto de vista político, las guerrillas de las FARC tienen que estar satisfechas, pues lograron lo que cualquier guerrilla busca, y el Gobierno también debe estar satisfecho porque le presenta a los colombianos un acuerdo de paz que prometió desde sus inicios. En síntesis, este acuerdo es la paz con las FARC, pero no la paz de Colombia.

Ahora viene la consulta popular, y es donde los colombianos tenemos que votar, para refrendar con el voto los acuerdos de la Habana, pero el camino no se acaba allí. El Presidente Santos dijo que el acuerdo es definitivo e inmodificable, lo cual no es cierto, porque luego vendrán los proyectos de Ley que deberán ser aprobados por el Congreso, y luego vendrán las demandas de inexequibilidad en contra de las Leyes, y luego vendrán los pronunciamientos de la Corte Constitucional, y además podrán venir pronunciamientos de las Cortes Internacionales como la Corte Interamericana de Derechos Humanos y la Corte Penal Internacional.

Desde el punto de vista económico, no sabemos cuanto nos va a costar la paz de Santos, que no es la paz de Colombia. Los impuestos han subido, y seguirán subiendo, y la deuda externa aumenta. El costo de todos los acuerdos recaerán sobre todos los colombianos sin contemplación, porque el presupuesto en guerra debe bajar, pero de seguro los impuestos no. El impuesto a la guerra continuará como el 2 por mil, o le cambiarán de nombre, pero seguirá. El acuerdo afecta el presupuesto del Estado colombiano, pero no el presupuesto de las FARC.

Desde el punto de vista social, el conflicto sigue y se transformará por las siguientes razones:

a) A lo largo de la historia varios grupos al margen de la Ley han desaparecido, pero el conflicto armado continua. Desapareció el M-19 y siguió el conflicto, sufrió un cambio, una transformación y luego continuó. Desaparecieron los carteles de Medellín y de Cali, y el conflicto mutó y continuó. Desaparecieron los paramilitares, y el conflicto cambió pero continuó. Hoy puede desaparecer las FARC, pero hay que esperar como se va transformando el conflicto.

b) Aún existen grupos armados al margen de la Ley, como son el ELN y las llamadas Bandas Criminales, es decir, aún existen raciones importantes de la guerra y que tienen toda esa herencia del conflicto armado, y que amenazan constantemente la paz de Colombia. En otras palabras al desaparecer las FARC, el conflicto armado disminuye en cantidad e intensidad pero continúa.

c) Existe una fracción de las FARC que se declaró en rebeldía, y hay que esperar que ocurre con ellos, porque pueden que continúen la lucha como independientes o que se unan con otras organizaciones al margen de la Ley.

e) El Bronx en Bogotá es el mejor ejemplo de un conflicto mal manejado. La calle del Bronx había que acabarla porque era una zona en que no existía el derecho, era un agujero negro en la legalidad y en la vida social, pero al acabar el Bronx, no se acabó el conflicto que lo origina. Hoy Bogotá no sabe que hacer con los indigentes, con la inseguridad y con la intolerancia de la ciudadanía hacía los indigentes y habitantes de la calle. En el caso de las FARC, si no se cumplen los acuerdos y si no se realizan todos los esfuerzos necesarios para lograr un buen proceso de reinserción social, vamos a tener problemas muy parecidos al que tiene Bogotá con la destrucción de la calle del Bronx.

f) El Gobierno de Santos a tenido que afrontar muchos problemas sociales como son los paros nacionales que permiten ver una radiografía del deteriorado tejido social de Colombia: El paro de transportadores, el paro de los agricultores, el paro de la rama judicial, el paro de la salud, el paro de los profesores, ahora las manifestaciones a favor y en contra de los derechos de las minorías, y la dura oposición frente a su proceso de paz. Todos son problemas que siguen latentes y que denotan los diferentes problemas sociales que tiene nuestra sociedad colombiana, y mientras todos esos conflictos sigan pendientes de resolver, siempre seguirá el conflicto.

Colombia es una sociedad que conjuga muchos factores de riesgos para un conflicto, pues existe una pequeña parte de la sociedad que recibe la mayor parte de beneficios y quiere mantenerse ahí a cualquier precio y para ello utiliza la corrupción; otra gran parte de la sociedad que lucha por ascender y lograr algunos beneficios; otra pequeña franja que hace trampa y se dedica a la delincuencia para acortar el camino; y otra gran franja de la sociedad que vive en la pobreza absoluta.

En conclusión la paz del Presidente Santos, no es la paz de Colombia, y no nos podemos confundir con eso, pero el acuerdo de paz si es necesario para disminuir los muertos en combates, las familias desplazadas, los niños reclutados para la guerra, los asesinatos, los secuestros, el narcotráfico, los soldados mutilados, y el sufrimiento de un conflicto armado. Pero aún falta tanto para llegar a la paz, que no nos podemos dar el lujo de ser tan triunfalistas.

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